Por Ramón Barreras Ferrán
Cuando el cubano Alfredo Ramos Piñeiro se paró frente a la tierra que le dieron en usufructo se puso las manos en la cabeza. Lo que veía era como para espantarse: piedras enormes y marabú tupido. Pero contrario a lo que hubiese hecho un perdedor, al otro día estaba allí al amanecer, machete en mano.
Al sitio le han llamado siempre 2 de Mayo. Él no sabe porqué, pero así le nombra también a su finca, bastante alejada por cierto del batey del central Antonio Sánchez (Covadonga), en el municipio de Aguada, perteneciente a la central provincia cubana de Cienfuegos. Con mucho empeño comenzó a desbrozar el marabusal. Avanzaba poco cada día, pero avanzaba. Mientras, para las piedras no quería ni mirar.
Cuando llegó el momento, tuvo que auxiliarse de un tractor familiar y arados. Arrastraba los “seborucos”, como él les dice, hasta sacarlos de la futura área cultivable. Fueron muchos días de esfuerzo enorme, desde el amanecer y hasta que oscurecía.
Alfredo, por su experiencia de campesino “naci’o y cria’o en el campo”, estaba seguro de que esa tierra sería muy buena para cultivar arroz. El agua imprescindible había que subirla del subsuelo, por lo que antes de preparar el campo hizo un pozo e instaló una vieja turbina.
En enero del 2009 comenzó a sembrar. Poco después ya tenía “selladas” las 8,28 hectáreas asignadas. En dos cortes durante el año cosechó mil 500 quintales. Para el 2010 se propone acopiar mil 900 en la misma área.
“Pero no estoy conforme”, asegura. Ahora solicitó diez hectáreas más, pues quiere aumentar la producción. “Estamos muy comprometidos, porque nos han explicado bien la necesidad que tiene el país de importar menos arroz, porque está muy caro en el mercado internacional”, subraya.
Todo lo que Alfredo produce en el pedregal lo vende al Estado.
Pensar en grande
Los más de 300 miembros la cooperativa de créditos y servicios (CCS) a la cual él pertenece, la Félix Edén Aguada, tienen un propósito muy significativo: cosechar en el 2012 no menos de 100 mil quintales de arroz. El pasado año completaron y vendieron para el consumo social 63 mil y en el actual deben cosechar 16 mil más.
“En esta zona hay tradición, pues se siembra arroz, según cuentan los viejos, desde el 1947. Los campesinos aquí saben manejar bien ese cultivo”, afirma Ismael Lugo Hernández, su presidente.
El municipio de Aguada fue el primero de la provincia de Cienfuegos en autoabastecerse del grano, y en estos momentos aporta también cantidades considerables para los consumidores de Abreus y Rodas.
No obstante, sus principales directivos aseguran que las potencialidades son mayores y existen condiciones para aumentar la producción y contribuir de ese modo, al empeño nacional de sustituir importaciones.
De acuerdo con la información oficial más reciente, comprar una tonelada de arroz molinado le cuesta al país 605 dólares en el mercado internacional.
Entonces, vale mucho el empeño de sembrarlo donde antes hubo un el pedregal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario