
Los Ángeles, 17 ago (EFE).- El regreso a la escuela recuerda la urgente necesidad de los niños hispanos de California de buscar una buena educación como la mejor arma para reducir los altos niveles de pobreza en los que viven sus familias.
Según cifras del censo, en el condado de Los Ángeles, con más de la mitad de habitantes hispanos, el 64 por ciento de los niños latinos viven por debajo o muy cerca del nivel de pobreza.
En el condado San Bernardino, el índice es del 57 por ciento, mientras la situación es similar en el condado de Fresno.
Ante el comienzo del año escolar en las próximas dos semanas, organizaciones educativas y de defensa de los inmigrantes hispanos han hecho un llamamiento a los padres para que inculquen a sus hijos la necesidad de mejorar sus niveles de educación.
"Tenemos que insistir permanentemente entre los jóvenes hispanos sobre la importancia de la educación", afirmó Ernest Morrell, director asociado de IDEA, un centro de investigación de la Universidad de California de Los Ángeles.
Y el apoyo de los padres se considera esencial, sobre todo, en épocas especialmente difíciles como la actual por los efectos de la crisis económica.
"Los padres de los niños hispanos deben continuar no solamente orientando sus hijos hacia la educación universitaria sino ayudándoles a buscar formas de financiación o subsidio para costearla. La educación es el único camino para salir de la pobreza", aseguró el investigador.
Sonia Gómez, una madre de 27 años, es bien consciente de ello al sufrir cada día las penurias de la falta de recursos en su hogar.
Su esposo trabaja en un lavadero de autos ganando el sueldo mínimo y sus tres niños de dos, cuatro y siete años reciben el subsidio de bonos para alimentos del estado.
"Aunque mi esposo trabaja muy duro, como 10 horas cada día, lo que gana apenas nos alcanza para sobrevivir", contó a Efe la madre salvadoreña.
"En su trabajo no tiene seguro médico y no le pagan horas extras", explicó.
Los niños de Sonia son parte de los más de 1,4 millones de californianos que participan en WIC, donde cerca de ocho de cada 10 beneficiarios son hispanos, según cifras del Public Policy Institute of California (PPIC).
Para Sara Moser, portavoz de la organización CARE que lucha para erradicar la pobreza, la realidad en la que viven algunas familias en California no difiere mucho de las dificultades en países pobres en el mundo.
"No se entiende que haya familias pasando hambre en una de las economías más fuertes del planeta", agregó.
El índice de pobreza para los latinos en 2007 en California fue del 17,8 por ciento, según un informe de PPIC, más del doble del índice de los anglosajones (7,5 por ciento).
El índice de los asiáticos fue del 9,7 por ciento y el de los afroamericanos 20,1 por ciento.
En varios condados de California con mayoría de habitantes hispanos, los índices de pobreza son incluso más elevados.
Según datos del censo, en el condado de Los Ángeles, con 62 por ciento de niños hispanos, el 64 por ciento de ellos viven por debajo del índice federal de pobreza o ligeramente por encima, lo que los mantiene en una zona de alto riesgo.
En el condado de San Bernardino -noreste de Los Ángeles- viven cerca de 328.000 niños latinos, según un estudio de Children Now, de los cuáles el 57 por ciento viven en familias cuyo ingreso está por debajo del doble del nivel de pobreza, lo que los coloca en riesgo de subsistencia.
En 2008, casi uno de cada cuatro niños hispanos en California vivía en un hogar cuyos ingresos estaban por debajo del nivel federal de pobreza, calculado para ese año en 21,834 dólares para una familia de dos adultos y dos niños.
La crisis económica de California y del país ha agravado esa situación de las familias hispanas.
La falta de empleo y la avalancha de embargos de vivienda de los últimos dos años ha producido un éxodo de familias, la mayoría hispanas, del condado de LA. hacia otras áreas menos costosas, explicó a Efe Sophia Pérez, directora adjunta de investigación de la organización Children Now.
Por ello, en situaciones económicas cada vez más complicadas, Ernest Morrell insistió en que los padres como Sonia Gómez y su esposa deben hacer un esfuerzo para que sus hijos entiendan que la educación es la mejor arma para luchar contra la pobreza.
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