jueves, 18 de noviembre de 2010

Pobreza infantil en España

Por Lorena Ventoso, periodista española

En puertas del Día Universal del Niño –se celebra este sábado, 20 de noviembre–, desayunamos con la nefasta noticia de que en España casi uno de cada cuatro menores está en riesgo de pobreza relativa. El dato nos lo ofrece Unicef, a través de un informe elaborado por Marta Arias, quien afirma que “ser un niño pobre en España no significa necesariamente pasar hambre, pero sí tener más posibilidades de estar malnutrido; no significa no acceder a la educación, pero sí tener más posibilidades de abandonar los estudios; no significa no poder ir al médico, pero sí tener problemas para pagar algunos tratamientos”.

Cabe preguntarse cómo es posible que en un país como el nuestro, supuestamente avanzado y del “primer mundo”, haya casi dos millones de niños cuyo futuro inmediato pasa por permanecer al cuidado de sus abuelos mientras sus padres –con suerte– trabajan a destajo diez horas al día por 600 euros, niños que hoy comerán macarrones y mañana lentejas porque no están los tiempos para filetes ni chuletas. Niños cuya situación viene provocada, casi en su mayoría de los casos, por esta maldita crisis que hace que sus progenitores tengan trabajos mal pagados, si es que los tienen.

La crisis no solo afecta a los bolsillos, afecta también al ánimo de los ciudadanos y son nuestros menores quienes los sufren en mayor medida. Son ellos quienes están siendo testigos en silencio de este “guirigay” de cifras y brotes verdes, pero a ellos nadie les pregunta qué opinan. Mientras, muy pocos tienen en cuenta que en un hogar en el que el paro y las deudas empiezan a ser rutina, los más pequeños corren el riesgo de caer en la marginación. Se trata de niños que, no lo olvidemos, son nuestro futuro.

Los adultos acudimos alarmados en los últimos meses a bailes de leyes y disputas sobre nuestras pensiones. Y digo yo: ¿acaso no son nuestros hijos el epicentro de esas pensiones? ¿No está nuestro futuro en sus manos? Un niño que no acuda hoy al colegio, que no ría con sus amigos, que no se alimente como es debido, es un futuro adulto que tendrá más de un problema para integrarse en la sociedad como es debido. Bien es cierto que tenemos la inmensa suerte, aunque muchos parecen olvidarlo cuando les conviene, de vivir en uno de los países con el mejor sistema sanitario público del mundo y en un país que asegura la educación hasta los 16 años, pero tampoco nos llevemos a engaño: urge una base de apoyo a nuestros menores para no tener que llevarnos las manos a la cabeza el día de mañana. Nuestros hijos son nuestro futuro, démosles las oportunidades que merecen.

(Tomado de Xornal.com)

1 comentario:

Unknown dijo...

Estimado Sr. Barreras. SOy Lorena Ventoso, autora del artículo. Muchas gracias por hacerse eco del mismo. Fuerza y saludos.