
Por MARÍA POMARES
"En la cuna del hambre mi niño estaba", escribió Miguel Hernández desde la prisión, y precisamente esos versos sirvieron al también poeta Antonio Gamoneda, Premio Cervantes en 2006 y presidente de honor del III Congreso Internacional Miguel Hernández, para calificar al autor de "Cancionero y romancero de ausencias" como "el poeta más grande, dentro de la totalidad histórica de la lírica en nuestra lengua, de la pobreza profunda, extensa y numerosa que, nacida de la injusticia, recorre los siglos y llega hasta hoy". Así lo puso de manifiesto ayer en Orihuela durante la inauguración del encuentro en el que, hasta el sábado, participan más de 200 congresistas.
Gamoneda ofreció una intervención rotunda y reivindicativa en la que aprovechó para certificar la vigencia de la vida y la obra del poeta de Orihuela, pero también para criticar las injusticias y la desigualdad. Así, el Premio Cervantes en 2006 sentenció que "el Centenario no sólo sirve para recordar la vida y la obra de Miguel, sino también para recordar la historia española, una historia errónea y dolorosa que es la causa de que todavía permanezcamos en la injusticia de las crueles desigualdades".
Para Gamoneda, "la poesía de Miguel es una declaración firme, conmovedora y delatora de la pobreza" e incidió en varias ocasiones en que "su obra es inseparable de su vida porque es una dimensión real de ella". Es más, incluso afirmó que "ninguno de los poetas que fueron sus coetáneos en una España o en la otra existentes en aquel entonces, y puede que existentes ahora también, podría haber escrito estas palabras sin mentir, pero él nunca mintió porque en él la vida era poesía y la poesía era vida".
Por eso, el escritor nacido en Oviedo se atrevió a sentenciar que "la mera verosimilitud de los poetas realistas al uso me resulta un tanto trivial. No es lo mismo ser solidario con la pobreza que crear una obra que esté penetrada por la pobreza, como en el caso de Miguel".
De este modo, el presidente de honor del congreso incidió en que "esta reunión no es la evocación de un inmenso poeta, de su obra y su desdicha existencial, es un serio motivo para tomar conciencia de que en España la realidad que se ofrece es la de la pobreza creada y sostenida por poderes injustos". Por ello, señaló que, "al igual que él fue capaz de convertir el sufrimiento en belleza, nosotros tenemos que ser capaces de convertir las injusticias en justicia".
Gamoneda también aprovechó su alocución para cargar contra el padre del autor de "Perito en lunas", del que dijo que "entendía natural que sobre Miguel recayera el peso de las carencias que son la propiedad única de los oprimidos", y acusó a Luis Almarcha, entonces vicario general de la Diócesis de Orihuela y, más tarde, obispo de León, "de dejarlo morir en la cárcel, a pesar de haberle dado cierta cultura". Finalmente, del mundo literario madrileño de la época puntualizó que "acogió al pastor poeta con una cordialidad, que, al menos al principio, era condescendiente".
La apertura de congreso, organizado por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, se celebró en la Lonja Municipal de Orihuela, y contó con la asistencia de la alcaldesa, Mónica Lorente; el presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll; los rectores de la Universidad de Alicante y Miguel Hernández de Elche, Ignacio Jiménez Raneda y Jesús Rodríguez Marín, respectivamente; y el director del Instituto Juan Gil-Albert, Francisco Sánchez. Ripoll definió el congreso como una "fiesta del conocimiento porque saldrán a la luz nuevas ideas e investigaciones que permitirán enriquecer la vida y la obra de poeta".
(Tomado de Información.es)
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