
Por Tatiana Martínez Hernández (*)
En sólo 12 años la población mundial ascenderá de seis a siete mil millones de habitantes, aunque este explosivo incremento de la última centuria comienza a desacelerarse.
Adnan Nevic, el bebé nombrado seis mil millones nació en Bosnia, el 12 de Octubre de 1999 y en esa misma fecha de 2011 nacerá otro niño, presumiblemente en la India, quien anotará mil millones más de habitantes al muy poblado planeta.
Esa es la cifra de crecimiento poblacional durante dos docenas de años consecutivos (1987-1999 y 1999-2011), pero las estadísticas de la ONU apuntan hacia una reducción de nacimientos y al alargamiento de la vida en los próximos años.
Según el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), el mundo posee hoy la mayor generación de jóvenes de su historia y se prepara para vivir en un planeta habitado mayormente por personas de la tercera edad.
Por ello, es necesario planificar por adelantado el cuidado de la salud y de las redes de seguridad social de los adultos mayores, al mismo tiempo que se atiende a una masa juvenil récord, alertó el director ejecutivo del UNFPA, Babatunde Osotimehin.
La explosión demográfica de menores de 25 años y el envejecimiento poblacional, en ascenso en muchos países, es un reto para gobiernos y organismos internacionales.
Los jóvenes representan el 42 por ciento de los ciudadanos del orbe y, de ellos, mil 800 millones tienen entre 10 y 24 años.
Millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes necesitan educación, servicios de salud y oportunidades de trabajo, entre otros derechos esenciales.
A su vez, la reducción de los índices de pobreza extrema, garantizarles la educación y salud y el avance en el cumplimiento de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU (ODM), ayudará al progreso de la humanidad.
Para 2050 serán alrededor de nueve mil millones los residentes del habitáculo global, según los pronósticos de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas. Y en 2100 unos 10 mil millones de personas compartirán la casa común, lo cual alarma a muchos, ante la escasez de recursos naturales, la desigual distribución de los bienes, la degradación del medio ambiente y el aumento de la pobreza y el hambre.
La India será el país más poblado para mediados de este siglo, y desplazará a China al segundo puesto, mientras que Nigeria tomará el tercer lugar en 2055, sitio ocupado hoy por Estados Unidos, apuntan los datos de la ONU.
En la próxima década, las dos naciones asiáticas concentrarán el 36,1 por ciento del total mundial, de acuerdo a la tabla de proyecciones demográficas de ese organismo internacional.
Mientras que algunas regiones están casi inhabitadas, otras muestran significativa aglomeración.
Estudios recientes alertan sobre la reducción de tierras fértiles debido a las altas temperaturas, la escasez de agua y las catástrofes naturales.
Ello obligará a las comunidades afectadas a emigrar en busca de mejores zonas para el cultivo y a producir alimentos de subsistencia.
Con el paso del sistema feudal al capitalista florecieron las grandes ciudades, y con ello, los gérmenes de la despoblación gradual de los campos.
En los últimos años, la tendencia a la emigración a la ciudad ha ido en ascenso y, en lugar de progreso, los ex rurales consiguen añadir más números al total de pobres citadinos.
Casi dos mil millones de personas vivían en las urbes en el año 2000 y los expertos prevén que para 2030 esa cifra se habrá duplicado como mínimo, y también con ella el riesgo de padecer hambre.
Se estima que el 82 por ciento de la población mundial vive en los países menos desarrollados y dentro de 40 años llegará a ocho mil millones, es decir el 85,9 por ciento.
Decirlo así, quizá no abarque la dimensión global de tal acontecimiento.
La explosión demográfica ocurre precisamente en los lugares menos preparados para llenar más platos en la mesa y satisfacer las necesidades básicas de educación, alojamiento, trabajo y agua.
El mundo no ha colapsado por agregar tanta gente, pero la mayor parte de ella ha sido agregada en las naciones más pobres, afirmó Hania Zlotnik, directora de la División de Población de la ONU.
Según una publicación del Population Reference Bureau, alrededor del 95 por ciento del crecimiento poblacional global ocurrirá en Asia, África, Latinoamérica y el Caribe.
Estudios de la ONU confirman que para 2050 cinco países subdesarrollados estarán entre los 20 más poblados del planeta: Bangladesh, Congo, Etiopía, Tanzania, Uganda y Nigeria, el de más habitantes al sur del Sahara.
Además, Zambia, Níger, Malawi y Sudán se añadirán al listado a fines de este siglo.
Todos ellos son países africanos, región que posee una de las tasas más elevadas de crecimiento poblacional y se espera que para la mitad de esta centuria acoja al 23,6 del total mundial y al 35,3 en 2100, según el UNFPA.
El continente más pobre del mundo alberga las mayores cifras de natalidad, fallecimientos por enfermedades prevenibles, y los muertos por Sida superaron todos los pronósticos; a su vez, las emigraciones en precarias embarcaciones provocan miles de víctimas.
Lograr el equilibrio demográfico no es tarea fácil. La desproporción entre países ricos y pobres, entre zonas urbanas y rurales, las consecuencias de desastres naturales, las guerras y la hambruna caen en cascada contra los más saturados de lo mismo.
Según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las personas que padecen hambre se incrementaron de 842 millones entre 1990 y 1992 a 925 millones en el 2010, mientras que dos mil millones sufren carencias nutricionales.
Un reciente informe de la Organización No Gubernamental (ONG) Oxfam Internacional, anunció que los precios de los alimentos aumentarán más del doble en los próximos 20 años y afectarán, sobre todo, a los países menos desarrollados.
Con el incremento poblacional la demanda de nutrientes se incrementará en 70 por ciento, sin embargo descenderá la capacidad para el crecimiento de la producción, considera el informe de esa ONG.
Oxman alerta acerca de que mientras crece la población hambreada, no aumenta el rendimiento de las cosechas. Además, se acrecientan las rivalidades por los recursos naturales como la tierra fértil y el agua, en franca escasez global.
De ahí que no baste el incremento de la producción de nutrientes para acabar con la hambruna y satisfacer a la creciente población mundial, considera Olivier De Schutter, relator de la ONU para el derecho a la alimentación.
De Schutter asegura que el suministro mundial de alimentos es suficiente en cuanto a la demanda de los actuales seis mil 800 millones de habitantes.
El diplomático defiende un modelo de agricultura sostenible y sustentable con el medio ambiente, el desarrollo de la micro agronomía y la cultura ecológica.
Sostiene que hay alimentos suficientes pero mal distribuidos, además de los que diariamente son votados al basurero porque se vencieron en los largos períodos en almacenes y vidrieras sin llegar a los más necesitados.
La elevación de las expectativas de vida y el envejecimiento son alentadores si se alcanzara una ancianidad saludable. Los países con mayores índices de fecundidad avanzarán hasta los 77 años en su esperanza de vida en 2100.
Mientras, en los estados con una fecundidad media llegará a los 82 años, y en los de baja, se llegará a los 86, según informes de la ONU.
Según las previsiones, la humanidad alcanzará una cifra estable de crecimiento hacia mediados de siglo, debido a la desaceleración que provocará la cifra de muertes por Sida en África y la reducción, más rápido que lo previsto, de la tasa promedio de hijos por mujer, especialmente en Europa y Japón.
Así que, mientras Adnac Nevic cumple 12 años, su sucesor abrirá los ojos en un mundo más poblado, pero con potencialidades de mejorarlo, si se quiere.
(*) Periodista de la Agencia Prensa Latina.
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