
El nuevo director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el brasileño José Graziano Da Silva, admite que muchos países pobres no podrán reducir la meta fijada por la ONU sobre hambre para 2015 por falta de recursos y ausencia de voluntad internacional.
“La meta del milenio establecía reducir a la mitad el número de personas con hambre. Aún así creo que muchos países no podrán lograrlo, sobre todo países menores, pobres, donde muchas veces las necesidades y urgencias son mayores”, aseguró Graziano a la AFP en una de las primeras entrevistas que concede a la prensa.
El exministro brasileño de Seguridad Alimentaria, catedrático de Economía y responsable de la FAO para Latinoamérica, que sucede en el cargo al senegalés Jacques Diouf, que llevaba casi 18 años al frente, está convencido de que se necesita ante todo “voluntad política” para erradicar el hambre en el mundo.
Se trata de la primera vez que un importante líder de Naciones Unidas reconoce que no se alcanzará la meta fijada en el año 2000 por los 192 países miembros de las Naciones Unidas de reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, la proporción de personas que sufren hambre, estimadas en cerca de 400 millones.
El brasileño, elegido el domingo con 92 votos contra 88 de su adversario, el ex canciller español Miguel Angel Moratinos, es además el primer latinoamericano que llega a ese importante cargo y asumirá sus funciones el próximo 1 de enero del 2012.
“Lo que falta son dos cosas: recursos y cooperación internacional para apoyar a esos países más frágiles, porque no pueden alcanzar los objetivos por su propia cuenta”, dijo.
“Para erradicar el hambre no se tiene que inventar la rueda. No es algo como una central atómica, donde hay grandes innovaciones tecnológicas. Son programas conocidos, como aumentar la productividad de la agricultura familiar, desarrollar los mercados locales de alimentos, porque es ahí donde se produce la seguridad alimentaria”, agregó.
“Hay muchos países que han avanzado, como Mali, en Africa, o Vietnam. Otros han logrado progresos sustanciales y han superado las expectativas del milenio de reducir a la mitad el número de personas que padecen hambre, porque han dedicado recursos y esfuerzos concentrados para ello”, admitió.
“Los países que han mostrado avances importantes han involucrado a la propia sociedad en el tema de erradicación del hambre”, subrayó Graziano, quien fue artífice del exitoso plan popular para la erradicación del hambre en Brasil “Fome Zero” (Hambre Cero) y uno de los técnicos más cercanos al presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
“Hay que lograr un compromiso político de los países para asumir la lucha contra el hambre a nivel más elevado”, agregó.
El director electo de la FAO anticipó que los países miembros de la entidad acordaron un aumento, sin especificar el monto, del presupuesto de la agencia especializada de Naciones Unidas, tal como lo exigió él.
“Yo no acepto el crecimiento cero. Porque los temas de FAO crecen diariamente y por la situación de inestabilidad financiera, con la devaluación del dólar. Aceptar un presupuesto en dólares fijo es condenarse a una reducción que se va acumulando en años, hasta el desequilibrio financiero”, comentó.
El presupuesto será votado este viernes en Roma durante la 37ª Sesión de la Conferencia de la FAO, que concluirá el 2 de julio.
“La solidaridad del mundo desarrollado es clave”, admitió tras contar que representantes de más de 10 países ricos le han manifestado su apoyo y voluntad de cooperación.
Afable, directo, casado con una periodista argentina y padre de dos hijos, prometió trabajar bajo el sello de la “transparencia”, por lo que decidió como primera medida pedir a la asamblea que fije el monto de su alquiler para su residencia romana, eliminar los guardaespaldas y almorzar como todos en la cafetería de la FAO.
“Esta es mi casa, no necesito más”, comentó mientras adquiría con una moneda de un euro una botella de agua del distribuidor automático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario