El hambre y la desnutrición aguda severa son un problema estructural en
Níger. Añadidas las complicaciones estacionales de lluvias y escasez y
encarecimiento de alimentos, el país "es un polvorín". En Madaoua, en el sur, ha
estallado en las últimas semanas. Médicos sin Fronteras ha detectado un brote de
cólera y un aumento alarmante de los casos de malaria.
Esperanza Santos, enfermera de la Unidad de Emergencias de
MSF, está preocupada por ambos brotes, ante los que la ONGD ya ha puesto en
marcha estrategias sanitarias específicas, pero se muestra especialmente
sorprendida por la irrupción del cólera.
El Sahel es zona endémica de cólera y los brotes de esta infección no son
extraños en Camerún, Chad, Nigeria y el norte de Níger, pero sí en la región sur
de Madaoua. De hecho "no es zona endémica y un solo caso ya puede
considerarse epidemia".
Esperanza Santos evita hablar de epidemia y mantiene la alerta en brote, pero
señala que "hemos preguntado a los habitantes de la zona y consultado los
registros y hacía cinco o seis años que no se veían estos síntomas". "Nos ha
pillado por sorpresa", reconoce, y ve una parte de esta alta incidencia en que
las lluvias se han adelantado este año y han sido más fuertes y provocado
inundaciones, caldo de cultivo para que se expandan el riesgo y los casos de
cólera y malaria.
El cólera irrumpió en la zona el 19 de agosto, con un primer
caso en una comunidad situada a unos 40 minutos en coche del centro de
operaciones de MSF, pero ya se ha extendido y el 7 de septiembre MSF había
detectado 160 casos en el pueblo en el que se inició y otros 50 en la propia
Malaoua.
19.000 caso de malaria en agosto
La incidencia de la malaria es igualmente preocupante, pero no ha cogido tan
de sorpresa al equipo médico. La enfermedad está presente todo el año en Madaoua
y tiene temporada alta entre julio y octubre, pero este año los picos habituales
se han disparado y desde la última semana de julio se han quintuplicado los
casos detectados en niños menores de cinco años, la población más
vulnerable.
Según Esperanza Santos, a lo largo del año se declaran una media de 2.000
casos al mes en menores de 5 años y entre julio y octubre se duplican, pero este
año la incidencia se ha disparado. La alerta empezó e la última semana
de julio, con unos 2.000 casos en una sola semana que cerraron el mes
con 4.700 incidencias.
Desde entonces, el brote no ha cesado de crecer. El programa de MSF en
Madaoua contabilizó en agosto 19.000 casos, esto es, cinco veces más de los
habituales. En 2011 llegaron a detectarse en una semana de agosto 3.000 casos.
Este año, el doble. Y septiembre no trae mejores perspectivas.
Esta elevada incidencia ha obligado a MSF a recalcular las necesidades de
test de detección y tratamientos que figuraban en las previsiones de este verano
y a recibir un nuevo cargamento. Los cálculos se desbordaron porque
también han tenido que reforzar las reservas del Ministerio de Salud de
Níger. "Se les acabó el stock hace dos semanas y ahora dependen de lo
que les estamos dando nosotros", explica Esperanza Santos
Estrategia de descentralización
Esperanza Santos, trabaja en el proyecto de la ONGD en Madaoua desde
principios de agosto para organizar una estrategia a nivel de las comunidades
para prevenir y combatir los picos de malaria de esta época del año. Se ha
encontrado más trabajo del que esperaba: "La situación es desbordante,
vienes a una cosa y acabas ocupándote de todo. Estábamos aquí por eso, se nos ha
añadido el cólera y andamos como locos".
Según explica, la idea es descentralizar el diagnóstico y el tratamiento de
la malaria lo máximo posible para hacerlo más accesible a la población. En
Madaoua hay 400.000 habitantes, 90.000 de ellos menores de 5 años, y hay
comunidades a 10 o 20 kilómetros del centro de salud más cercano que dificultan
el diagnóstico precoz y el tratamiento.
En este contexto, no es suficiente con dar servicio a la población desde el
hospital, los ocho centros de salud y los 61 puestos de salud en pueblos que
existen, de modo que se ha identificado y formado a una persona de referencia en
otros 14 pueblos para que sepan hacer el test rápido de malaria, dar el
tratamiento para los casos simples y localizar a los enfermos más graves para
derivarlos al centro de salud.
Desde la segunda semana de agosto y a se han distribuido por los pueblos
30.000 test de detección y 18.000 tratamientos. Además de a niños, por primera
vez, también se han distribuido entre las mujeres embarazadas (llevan 900
tratamientos), a quienes han empezado a repartir mosquiteras.
(Tomado de El Mundo.es - Internet)
No hay comentarios:
Publicar un comentario